viernes, 29 de julio de 2016

PULGARCITA

PULGARCITA

Hace muchos años los conocimientos había que tenerlos en la memoria y a partir de ella destacar en las disciplinas que uno deseaba ser, ahora esta realidad no es tan absoluta, puesto que, si bien debemos conservar parte de estas habilidades cognitivas no todo es posible y más aún cuando uno de nuestros nuevos adversarios es la tecnología, ya no es posible hablar ni modelar nuestros actos desde nuestra perspectiva de vida, está ya ha cambiado y el mundo a nuestro alrededor también de forma vertiginosa, aunque no queramos aceptarlo, negar un examen sin que el docente le tema a la tecnología es una actitud de todos los días: “a mí nadie me copia”, “esos equipos en mi clase están vetados y hay de quien los use”; pero, esta actitud es cierta, acaso los docentes no acuden a esos equipos detestables, no es cierto que nos comunicamos mediante ellos, que construimos plataformas y sistemas TIC que promuevan nuestra modernidad aparente.
El teléfono móvil hasta hace un tiempo era cosa de jóvenes que ahora ya son mayores y que son cada vez más comunes y inseparables, nos hemos olvidado de esa realidad infantil de la que nadie recuerda porque ahora ya mayores y pasados los años solo queremos moldear a la juventud a nuestras limitaciones, porque dar un paso más ahora en nuestras vidas es dar un salto al vacío de una desaparición inevitable; estos temores no nos permiten enseñar y perdemos cada vez el arte de instruir, doctrinar, educar con reglas o preceptos a nuestros hijos y los vamos a perder, o lo peor, los deformaremos para que sigan nuestros nefastos ejemplos y así arruinen otra generación.
La era del pulgar ha llegado y si no podemos reconocer que dentro de algún tiempo muy corto esa realidad que nos está superando, pronto no solo seremos obsoletos, sino que habremos demolido una generación entera por nuestra necia forma de entendernos en el pasado de lo digital y no enseñar “por sus pulgares” (antigua expresión que bien puede resumir este análisis, “para expresar que alguien ha hecho algo por su mano y sin ayuda de otro” RAE).